Hace un mes, se robaron la Cruz de Motupe pero no se pudieron robar la fe de un pueblo. Ayer 20 mil fieles le rindieron culto en el altar del Templo de San Julián. El Arzobispo Juan Luis Cipriani celebró una misa solemne y exhortó a no perder la fe y a cuidar un símbolo de esa fe: la cruz.
El origen de la cruz se remonta al siglo XIX, cuando un sacerdote franciscano, Juan Agustín de Abad plantó tres cruces entre Olmos y Motupe. La única que se conservó fue  la cruz que fue encontrada en el cerro Chalpón en Zapote.
Luego del robo, la Cruz fue encontrada al día siguiente totalmente seccionada y despojada de sus joyas; por lo que tuvo que ser restaurada por un equipo de restauradores al mando de César Maguiña, quienes  fueron condecorados por su trabajo, el mismo que concluyó en tiempo record, el 31 de julio. Como dice el refrán: "la fe mueve montañas".
Ojalá que esa fe popular acompañe al pueblo peruano en su camino al desarrollo que tanto anhelamos.

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